miércoles, 8 de abril de 2009

Minetti y el ocaso que emerge


Presenciar el trabajo de un actor como Juan Carlos Gené es una experiencia pocas veces vivida. Aunque suene ampuloso, su trabajo sirve como faro. En el sentido de guía, aunque hagamos caminos diferentes. Verlo en su simplicidad y su complejidad al mismo tiempo da muestras de lo que puede hacer un cuerpo ya anciano pero que guarda el encanto y la gracia de toda su vida. Verlo es presenciar la prueba viviente de una vida que ha sufrido pero que en el ocaso, pareciera resurgir. Escucharlo, sentir su respiración, percibir sus matices, son lecciones dadas una detrás de otra, y una mejor que otra. Sobre un texto de un inmenso autor como es Thomas Bernhard, Carlos Ianni ha logrado un espectáculo que conmueve y entretiene, que lleva a la reflexión y que colma el alma. Una clase magistral.

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