martes, 1 de septiembre de 2009

La tradición rioplatense


La combinación de diferentes lenguajes es un modo que siempre ha caracterizado nuestro tipo de actor. Si bien es cierto que la tradición norteamericana tiene al canto, el baile y la actuación como una comunión a la que la mayoría de los actores accede, en nuestro caso la reunión de lenguajes carga con un cierto corrimiento. Es todo pero siempre un poco torcido; es verdad vista con una lente deformada. Tradicionalmente nuestra expresividad tiene en el grotesco un referente que nos excede. Somos grotescos por argentinidad. Resolver los conflictos con la exacervación, afectados al máximo, como si todo fuera de una importancia terminal, es parte de nuestra razón de ser. No calculamos, accionamos. Muchas veces sin medir las consecuencias. Ese lanzarnos al vacío sin red es lo que admiran en el exterior cuando nos ven sobre el escenario. Apelar a todos los recursos, multiplicar la expresión y los caminos, amplificar desde la unión drama-humor, es lo que nos singulariza. Al menos ese es el tipo de teatro al que aspiro.

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