domingo, 13 de septiembre de 2009

El sentido de un clásico


Muchas veces me pregunté cual es la razón para hacer un clásico, obviamente si no es querer decir algo de lo que sentimos que pasa en el momento en que se hace. La mayoría de las veces que presencié versiones de obras de teatro que han entrado al canon me quedaba con la insatisfacción de la anacronía como principal estado emocional. Anoche viví una de las experiencias teatrales más intensas de los últimos tiempos. "El desarrollo de la civilización venidera" (versión de Casa de muñecas, de Ibsen) escrita y dirigida por Daniel Veronese, renueva la necesidad de relectura de los clásicos, el interés por los temas que tienen que ver con el sentido del teatro en la vida cultural de un país y especialmente el placer de estar en vivo, en presencia de un mundo en pugna que vive y sufre lo mismo que nosotros. Su mirada sobre una obra demasiado hecha, con una trama anclada en el siglo XIX (1879, fecha de estreno) impacta por la actualización de tema, textos y situación; nos permite identificarnos con un imposible y demuestra que Daniel Veronese es uno de los grandes autores y directores de este tiempo. (Lo mismo puede decirse de "Todos los grandes gobiernos ha evitado el teatro íntimo)