sábado, 15 de mayo de 2010

Otra vez Macri y la des-cultura del pro-cesado

El alquiler de las instalaciones del Teatro San Martín como una bolsita de cotillón para un cumpleaños millonario que incluyó bailarines, técnicos e instalaciones, es un nuevo cachetazo a la cultura de la Ciudad de Buenos Aires. Maltratada continuamente por el Jefe de gobierno procesado, no solo no recibe los fondos que debiera por parte del estado, sino que ahora es mal financiada por los caprichos de los amigos millonarios del muchacho. Si se hubiera alquilado el Teatro DE TODOS un día que está cerrado, pagando las correspondientes horas extras, y honorarios especiales, para hacer un aporte generoso a las arcas públicas, tal vez, podría considerarse. Si el hombre hubiera comprado todas las entradas de las funciones del día, tal vez estaría hablando de otra cosa. Pero avasallar el derecho del público de asistir ese día a una función de un teatro estatal y/o hacer pagar al estado los sueldos de todos los trabajadores del teatro (quienes en muchos casos siguen peleando por sueldos atrasados)  para una fiesta privada, para satisfacer un snobismo individual, no solo es indignante sino que debería ser denunciado como el más llano incumplimiento de los deberes de funcionario público. La asociación Amigos del Teatro San Martín debería luchar por que los fondos destinados a este no se reduzcan, los sueldos se paguen y las producciones no se suspendan. Deberían bregar porque el teatro siga siendo para todos y porque el estado cumpla de manera transparente con sus obligaciones.