domingo, 27 de diciembre de 2009

¿Es teatro la narración oral?





Según Aristóteles, la trama es el alma del drama. En ese sentido casi se podría decir que mientras exista algo que desentrañar -una experiencia, emociones en conflicto, un dilema o disyuntiva, la pintura de un episodio, la historia de un desencuentro o malentendido, la anécdota de viaje, el deseo no alcanzado, etc., etc, etc.- y alguien que se exponga a contarlo frente a un público -en forma de relato hablado o mudo, con acciones sin palabras, con formato de confesión, multimedia o teatro negro o ciego o de acción, etc., etc., etc.- estaremos frente a un hecho teatral. Pero en el siglo XXI, vamos todavía más lejos. Para que haya teatro solo se necesita al actor: ni la escenografía, ni el vestuario, ni el escenario, ni siquiera la obra o el director son imprescindibles. Solo necesitamos que haya una voz y que esa voz esté en vivo. Porque lo único que define sin error al hecho teatral es el cuerpo humano. De lo contrario es como si dijéramos que las instalaciones no son artes plásticas o que solo consideráramos Arte a la pintura. (Cosa que algunos, por otro lado, quisieran hacer.)
En la época de La Organización Negra (antecedente del grupo De la Guarda), mucha gente cuestionaba que eso que hacía el grupo de desaforados, fuera teatro. Se golpeaban con tubos fluorescentes que estallaban frente al público, caminaban desnudos y empolvados sin rumbo, una gigantesca pared de cajas caía sobre los actores, los afiladores se enfrentaban en embate pasivo contra los espectadores. No había texto, ni trama, era un devenir abstracto de acciones. Pero el acto teatral era indudable. Ellos lo llamaban teatro de operaciones y lo único que importaba era la verdad. Aunque ya sabemos todas las variables de significado de ese término, podemos convenir en que lo único realmente importante en el teatro es que pase aquí y ahora. En ese sentido la narración oral es una de las formas, tal vez más antiguas, del teatro.
(Imagen: Storytelling en Cowley Estate, Brixton, 1972)

domingo, 20 de diciembre de 2009

Fiestas y derroche

Derroche de alegría impostada.
Derroche de sentimientos positivos.
Derroche de grasas trans.
Derroche de objetos inservibles.
Derroche de imágenes kitsch.
Derroche de alcohol.
Derroche de obligaciones familiares.
Derroche de rojo.
Derroche de verde.
Derroche de dorado.
Derroche de nieve de algodón.
Por mí, no derrochen.
Felizaño.
(Foto:Nightmare-Before-Christmas. Tim Burton)

sábado, 12 de diciembre de 2009

Proceso de trabajo. Lengua Viva. Historias Urbanas


En pleno trabajo con "Lengua Viva. Historias Urbanas", próximo espectáculo a estrenarse en 2010. Ajustar el texto, imaginar la escenografía, probar el primer vestuario sustituto, memorizar. Luego de la primera etapa de ensayos que están a punto de entrar en un receso, quedo más que satisfecha. Se puede decir que es una época de un gran fluir de la imaginación y todavía, libertad plena. Todo cabe, hasta que ya no quepa; los cambios de ideas son diarios. Hoy tomo, mañana re planteo, luego decido... pero nada queda definitivo. El equipo que armamos es muy bueno, más que bueno, excelente. Blanca Herrera, con el trabajo de pulido de los cuentos para la narración oral (que sugirió el subtítulo de Historias Urbanas que nos encantó) y Juan Manuel Wolcoff, joven, creativo y motivador; como director flexible , amable, seguro y a la vez abierto, con buena oreja y mejor ojo. No puedo terminar este año más contenta. Próximamente enlace al blog exclusivo de Lengua Viva.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Batato Barea. 18º Aniversario (6 de diciembre)



Iba caminando el niño de cabellos dorados
Por el largo camino del bosque,
Cuando apareció él
Con sotana de sexo indefinido y lo llamó:
¿Sabés quién soy?, dijo el sacerdote.
No ¿Quién eres?, dijo entre sus pechos turgentes
El muchacho bermellón.
“Soy tu padre, el padre del amor y del buen pensar,
soy Lombardero, quien viene a salvarte de tus males terrenos”.
“No padre, déjeme hacer, mire, ellos me quieren”
Contesta el muchacho cubriendo su sexo del agua bendita que el cura salpica.
“Ven hijo mío, dame tu otra mejilla, quiero tocarla,
quiero acariciarla, ¡me gustaría masturbarla!”
“Mire que soy peligroso padre, quien me toque ya nunca dejará de enamorarse”
“Entonces, si no eres para mí, tendrás que desaparecer”
Grita enfurecido el cura maníaco y levanta la cruz con ojos pervertidos.
“No hay lugar para tí entre las almas estériles,
no hay lugar para tí entre los sexos vacíos,
vete y no dejes rastros de tu poesía blasfema,
vete y no dejes recuerdos sobre la tierra sagrada.
No sos mi hijo, no soy tu padre, no entrarás en mi cielo”.
“Okey padre, me voy
pero me quedaré,
en esas almas impías que escuchan mi voz,
en esas miradas amigas que recuerden mi sol,
en esos raros artistas que me verán por siempre,
en cada anillo de botón,
en cada batón dorado,
en cada payasito de tela de sexo indefinido y mirada inmortal”

viernes, 27 de noviembre de 2009

Balada para un loco


No llegaba a mis diez años cuando se estrenó la balada. Recuerdo su letra -que aprendí en esos años, de memoria-, cada vez que quiero cantar algún desenfreno en castellano. Los azahares, la luna rodando, no sabía muy bien por dónde, el medio melón en la cabeza, son imágenes que aparecían siempre detrás de ese árbol, junto al loco divino, con su risa y los campanarios. La música de Piazzola acompañó parte de mi adolescencia, sabía más quién era él que Horacio Ferrer. Por suerte nunca me pregunté si era tango o qué, siempre lo pude disfrutar como música, como mucho teatro que se sale de los cánones o mucha literatura narrativa que lucha contra el "cuentito". Nunca me detuve a pensar qué quería decir ese loco sobre las callecitas de Buenos Aires, pero no hizo falta, "Balada para un loco" también me contaba a mí.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Seminario de verano



TEXTO Y ACCIÓN
Introducción
El trabajo se condensa en la premisa ¿qué hago cuando digo lo que digo? Se trata de multiplicar la utilización del campo expresivo del actor más allá de la escuela de interpretación que se utilice ya que el trabajo del actor tiene muchas formas de encararlo. Aquí se trabaja con lo que el alumno trae y con lo que puede incorporar poniendo mayor énfasis en la idea de salir de la manera “convencional” de actuar y volverla algo extra-ordinario. Se trata de que las tensiones del sub texto salgan a la superficie utilizando todas las variables a disposición: el tiempo y el espacio, el movimiento, el gesto, la actividad, la emoción y el distanciamiento, el humor y el drama, el cuerpo y la voz, la composición y el juego.
(Imagen: Mujeres Maltratadas, Gambas al Ajillo, 1987- Foto: Adrian Rocha Novoa)
Inicio:1º de febrero de 2010 (4 clases)
Lunes: 19 hs
Lugar: ElKafka, Lambaré 866



viernes, 13 de noviembre de 2009

Leónidas Lamborghini



Leónidas Lamborghini fue un eximio poeta. Un escritor de variaciones
sutiles, que revisó con estiletes agudos y espíritu socarrón textos
fundamentales de la política argentina. Sus poemas estuvieron habitados
por una respiración hecha de cortes, detenciones, entrecortamientos. No se
permitió linealidad alguna ni concesión con las formas expresivas
dominantes. Inventó un mundo. Y hasta sus últimos escritos fue solicitado
por la risa y la invención lúdica.
(Palabras de Horacio González)

Será velado en la sala Augusto Cortazar de la Biblioteca
Nacional desde las 21:30 horas del viernes 13 de noviembre.

María Fux. Diálogo con imágenes

jueves, 22 de octubre de 2009

Moda Parakultural


Me preguntan cuál era la ropa que usábamos en el sótano para un desfile de Moda Parakultural. Los años '80 estuvieron signados en principio por la imagen de Madonna (Quién es esa chica y La isla bonita, sobre todo) dentro del subte subterráneo de la cultura llamada underground, las puntillas y la ropa interior eran lo máximo. Pero también solíamos andar con la misma ropa del vestuario. No era raro que un vestido de encaje transparente con corset y cruces fuera usado durante la noche y con ese mismo se subiera al escenario para cantar una canción o hacer algún número. Moda Parakultural era el travestismo irreverente y procaz del trio (Urdapilleta, Tortonese, Batato) y las bermudas de alemancitos de Los Melli. Era el pilotín amarillo de bombero de Omar Viola y los extra bombilla (no se llamaban chupines en esa época) de Luis Aranovsky. Mucho anteojo fantasía, mucho piloto de excibicionista, zapatitos de español para andar y bombacha faja de recién operada. La mezcla del glamour con el reciclaje barato de cotolengo, los resabios de los dorados cincuentas con la ropa interior para salir eran parte de las mixturas. Mucha lentejuela, purpurina extra (sobre todo colorada y plateada) y pestañas postizas.

domingo, 18 de octubre de 2009

¡¡¡¡FELIZDIA!!!!!
(y que hoy te consientan todos los caprichos)

sábado, 17 de octubre de 2009

Piaf es argentina


Elena Roger cumple con la idea de actor "transido" de la que hablaba Artaud. El espíritu de La Môme Piaf parece que encarnara en su cuerpo y en su voz. Su trabajo interpretativo es para cualquier observador teatral, excelente, especialmente tratándose de una comedia musical. No es fácil tomar en las manos una vida trágica de semejante espesor, y lograr emocionar con una voz que está, no solo a la altura, sino que tiene su propia potencia. Y acompañar esa voz (tan presentes para muchos de nosotros en la versión original) con un trabajo de interpretación tan complejo e intenso. Este es un espectáculo también sutil en su estructura, que nos acerca a la gloria de ver un imposible. No es la destreza lo que la destaca. Es el arte con que Elena Roger interpreta un personaje tan difícil y se entrega al espectador de manera que nos hace creer que hay un Dios. Una Diosa, en este caso. Para disfrutar hasta las lágrimas.

sábado, 10 de octubre de 2009

El instrumento: nuestro cuerpo actuante

VIVA LA REVISTA, EN EL MAIPO (1995) Algunos lo tratan como un cúmulo de carne que hay que inyectar, aumentar o reducir –según sexo, clase social o masa corporal-, o corregir, modificar, exudar. Pocos son los que toman conciencia de que allí está parte de la materia prima para la expresión. El conocimiento profundo de las respuestas diversas ante estímulos y el manejo milimétrico de fibras –musculares y neurológicas- es lo que nos asegura un despliegue máximo de nuestras posibilidades. Explotarlo como nuestro capital de trabajo es una elección. (Foto: Horacio Devitt)




lunes, 5 de octubre de 2009

Mercedes Sosa


La partida de "nuestra voz", si pudiéramos decir que es nuestra.
Su emoción, su dulzura, su fortaleza, su lucha.
Un ejemplo, pero más que nada, un regalo de la vida.
Por siempre su recuerdo.
y el de Rosarito Vega
Juana Azurduy
Juanito Laguna
Alfonsina Storni
Manuela, la Tucumana...
aunque hoy no podamos dar gracias a la vida.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Despenalización del aborto


"Anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir"
En el Día de la Despenalización del Aborto, las mujeres se movilizarán hoy para que el Congreso debata y sancione uno de los 45 proyectos sobre aborto no punible, que ingresaron en la Legislatura nacional entre 2001 y 2008. Ninguno llegó al recinto.

domingo, 27 de septiembre de 2009

La metamorfoseada


Una cruza entre Franz Kafka y Bertolt Brecht
(Basado en un hecho real, aunque parezca mentira.)

La señora Suárez se levantó un día y fue madre del cuarto hijo. Una semana después la fiebre no bajaba. Tenía una infección, se había convertido en una infectada. En el hospital municipal no le dieron una respuesta y la mandaron de vuelta a casa: se había convertido en una de-vuelta. Pero la fiebre no bajaba y la señora Suárez volvió, con más fiebre. Se había transformado en La afiebrada. Ya le costaba un poco caminar, así que también se le podía llamar La renga, aunque todavía no La coja, porque tenía sus dos pies. Pero sí se podía decir que era La postergada. Tampoco le hicieron caso esta vez, le dijeron que tomara paracetamol, aspirina o ibuprofeno, así que en un segundo ya era La medicada. Volvió a su casa y se dio unos cuantos baños frescos. La fiebre no cedía y le dolían las piernas. Tenían un color un poco extraño así que la hija le dijo “Sos La colorada, mamá”, “Si nena, cuidá al bebé que estoy cansada”.
Una semana después la señora Suárez tuvo que llegar en ambulancia al mismo hospital; fue La trasladada de urgencia. Las piernas, arruinadas y las manos entumecidas. La infección había aumentado muchísimo así que le quitaron el útero –La vaciada- que estaba todo podrido –La podrida-, y como la infección se había extendido de más le tuvieron que cortar las piernas y los brazos. Ahora, la señora era: Suárez, La amputada.
Del hospital la mandaron de vuelta de a pie, es decir, por sus propios medios, aunque la señora Suárez no alcanzaba siquiera la categoría de peatón, porque ya no tenía piernas con que peatonar. Como era de clase media baja, -una desclasada, aunque eso fue parte de una metamorfosis anterior, llevaba ya unas cuantas décadas-, le prestaron para comprarse la silla de ruedas, mientras para el gobierno de la ciudad, ella no era más que una numerada, en la larga lista de demandas, una demandante más.
Como la señora Suárez no se puede peinar porque no tiene brazos –Una desbrazada, además de descamisada- se volvió también Una despeinada. Ahora pide por favor –sin juntar las manos- que le envíen una persona que la ayude, (a comer, a lavarse, andar, leer, cuidar a sus chicos, aunque no pueda abrazarlos), pero el gobierno se ve que está ocupado con otras metamorfosis porque por ahora se muestra Ensordecido. Además es La desalojada, ya que su marido por quedarse a ayudarla dejó de trabajar y no pueden pagar el alquiler desde hace mucho. Ella necesita alguien –La necesitada- para que su esposo pueda trabajar y no entrar en la metamorfosis tan temida, la de ser El desocupado.
Por suerte siempre hay alguien que es El que oye y otro el que Da la mano y ahora la señora Suárez espera que llegue a su casa el grupo de gente que logró, más allá del gobierno, del hospital, de los abogados y de los quejidos, que ella sea al final Una recuperada. Esta tarde traerán sus prótesis para que su último estadío sea, al menos, como Una re -armada. La señora Suárez podrá decir entonces que al fin su metamorfosis terminó como Una madre abrazada.
Aunque esta última parte está ficcionada, La mirada esperanzada no quita La irónica humorada distanciada sobre La pobre desgraciada.
(Imagen: La parada de los monstruos- USA. 1932)

jueves, 24 de septiembre de 2009

Frase de la semana


Ser capaz de persuadir no es lo mismo que tener razón.
(Imagen: Gyula Kosice)

domingo, 20 de septiembre de 2009

Composición y realismo


La composición de un personaje SIEMPRE debe ser real en el sentido de verdadera. No importa cuan estrafalaria sea la composición. Lo importante es que el espectador reciba esa composición como algo orgánico y creíble al punto de aceptar la convención de que ese personaje existe en la realidad. Muchas veces se confunde la idea de verdadero con realista. Es el caso de algunas interpretaciones en que se usan los mismos recursos que hacen que todos los personajes hechos por ese actor sean parecidos. La singularidad que pudiera tener se vuelve entonces repetida y sin sorpresa. Lo interesante de la composición es que permite la transformación de ese actor en un Taxi Driver un día o en un mafioso neurótico y risible mucho después. Siempre se parte de lo mismo: organizar la expresión de manera que los recursos sean infinitos, porque se apela a diferentes cosas según cómo sea ese personaje. No es siempre lo mismo para que sea verdadero porque es lo más creíble en nuestra expresión. Es siempre diferente, aquí y ahora, mi yo del actor mezclado con mi yo de ese personaje en particular. (Imagen: Alejandro Urdapilleta en "La antena" de Esteban Sapir, 2005)

domingo, 13 de septiembre de 2009

El sentido de un clásico


Muchas veces me pregunté cual es la razón para hacer un clásico, obviamente si no es querer decir algo de lo que sentimos que pasa en el momento en que se hace. La mayoría de las veces que presencié versiones de obras de teatro que han entrado al canon me quedaba con la insatisfacción de la anacronía como principal estado emocional. Anoche viví una de las experiencias teatrales más intensas de los últimos tiempos. "El desarrollo de la civilización venidera" (versión de Casa de muñecas, de Ibsen) escrita y dirigida por Daniel Veronese, renueva la necesidad de relectura de los clásicos, el interés por los temas que tienen que ver con el sentido del teatro en la vida cultural de un país y especialmente el placer de estar en vivo, en presencia de un mundo en pugna que vive y sufre lo mismo que nosotros. Su mirada sobre una obra demasiado hecha, con una trama anclada en el siglo XIX (1879, fecha de estreno) impacta por la actualización de tema, textos y situación; nos permite identificarnos con un imposible y demuestra que Daniel Veronese es uno de los grandes autores y directores de este tiempo. (Lo mismo puede decirse de "Todos los grandes gobiernos ha evitado el teatro íntimo)

jueves, 10 de septiembre de 2009

Ley de medios. Discusión.


Causa gracia la desfachatez de algunos periodistas al proclamar la libertad de prensa como si esta ley estuviera pensada únicamente para cercenárselas. Tantas veces tuve que tragarme el polvo de un reportaje que tergiversaba mis palabras, mal entendía mis dichos y cambiaba conceptos por completo, que me resulta hasta cómico ver cómo ahora ellos mismos temen lo que se haga con lo que dicen. Porque es cierto que frente a las respuestas de otros se han arrogado históricamente el derecho a editar como les parecía, dejándonos -ya que no es algo que me pasara solo a mí, sino que es algo que soportan casi TODOS los entrevistados- muchas veces mal parados, diciendo cosas que no dijimos, sacando de contexto solo para obtener un buen titular. Esos mismos periodistas deberían sincerarse y reconocer que lo que defienden no es la libertad de expresión, sino a los multimedios todopoderosos que los contrata anualmente y que deciden cual es la realidad según convenga a su negocio. Re escribiendo, re editando y re creando lo que pasa muchas veces de manera capciosa. Más allá de que hay que asegurar la diversidad de voces necesarias para que los gobiernos de turno no terminen siendo los que manejen la opinión de la gente o de la misma prensa, una nueva ley, y pensar sobre la cosa, es ya un avance. En este momento no existe tal libertad proclamada. Los ciudadanos que no estamos en contra del gobierno de manera absoluta tenemos que soportar la crítica despiadada y permanente a TODO lo que ellos proponen, sin casi tener espacio para disentir. Que el congreso trabaje para asegurar la democracia es un derecho nuestro y una obligación de ellos. Que lo hagan y que asuman la responsabilidad de cambiar para mejor en función de TODOS los argentinos..

miércoles, 2 de septiembre de 2009

La forma y el fondo


Se dice que la forma es el fondo. Que las maneras son una muestra de lo que somos y pensamos. Catalina, el personaje protagónico de La fierecilla domada, es arrogante, mal hablada, impulsiva, agresiva. Estas "formas" determinarían una personalidad violenta y hablarían de un ser que debe ser encauzado. Sin embargo cuando el empresario Bernard Madoff fue descubierto en su carácter de estafador, la mayoría de sus conocidos se sorprendieron por la acusación. El hombre respondía al más alto nivel socio cultural, su encanto personal y sus maneras glamorosas lo cubrían de sus actos delictivos. Para la construcción de personajes es muy rico plantearse de qué manera queremos mostrar tal tipo. Podemos elegir entre más o menos obvio o más o menos opuesto a su rol dentro de la trama. Si tenemos poco tiempo para desarrollarlo, tal vez la mejor elección es la más evidente: si hay un marinero del que no vamos a saber nada, lo mejor será que el actor tenga buena musculatura y esté vestido con una remera rayada. Pero si es un personaje de mayor desarrollo podremos ser más sutiles y esconder la intriga dentro de una máscara bien construida. Después de todo, es evidente que aquellos que mejor se nos presentan muchas veces nos terminan estafando.

martes, 1 de septiembre de 2009

La tradición rioplatense


La combinación de diferentes lenguajes es un modo que siempre ha caracterizado nuestro tipo de actor. Si bien es cierto que la tradición norteamericana tiene al canto, el baile y la actuación como una comunión a la que la mayoría de los actores accede, en nuestro caso la reunión de lenguajes carga con un cierto corrimiento. Es todo pero siempre un poco torcido; es verdad vista con una lente deformada. Tradicionalmente nuestra expresividad tiene en el grotesco un referente que nos excede. Somos grotescos por argentinidad. Resolver los conflictos con la exacervación, afectados al máximo, como si todo fuera de una importancia terminal, es parte de nuestra razón de ser. No calculamos, accionamos. Muchas veces sin medir las consecuencias. Ese lanzarnos al vacío sin red es lo que admiran en el exterior cuando nos ven sobre el escenario. Apelar a todos los recursos, multiplicar la expresión y los caminos, amplificar desde la unión drama-humor, es lo que nos singulariza. Al menos ese es el tipo de teatro al que aspiro.

miércoles, 26 de agosto de 2009

La acción extrema


(Foto: Amanecí y tu no estabas, 2007)
No se trata de acrobacia. Se trata de que cualquier acción física que se haga puede estar más o menos relacionada con la destreza corporal, pero siempre la búsqueda debe ser extrema. Esto quiere decir que haga lo que haga, ya sea colgarme de una tela o sentarme en una silla, la conciencia y el disfrute por exponer el cuerpo en su mayor posibilidad expresiva, debe ser una de las búsquedas primordiales. Después de todo estamos ahí para mostrar un mundo no como es, sino como vive en nuestra imaginación.

viernes, 21 de agosto de 2009

Los objetos en escena. (Congelada, 2004)






Tanto la escenografía como la utilería de mano tienen un gran potencial a la hora de multiplicar los sentidos de texto. Pueden ser apoyos físicos, disparadores de la imaginación, -tanto del espectador como del actor- o límites a las intensiones del personaje. Dicen los maestros que siempre se deben utilizar al menos para tres cosas. Esto quiere decir que un objeto o un elemento escenográfico nunca es un adorno o una decoración. Siempre debe servir al significado general: se utiliza como soporte del espacio, o como espacio en si mismo transformado, o como oponente. De esta forma soy consiente de que cada elemento que agrego a la escena (y esto se puede aplicar a otras instancias) se debe utilizar para muchas más cosas que las que se supone que sirve.
En el caso de Congelada, trabajé con una heladera que movilizaba por todo el escenario, transformándola en heladería, casa, hospital, árbol, nexo entre escenas, etc. Así -incluido el esfuerzo físico que me implicaba- ese objeto se transformaba para ser el otro en escena cargado de sentidos.

jueves, 20 de agosto de 2009

Premios Martín Fierro 2009


Gracias APTRA por recordar a mi padre en el homenaje a los que partieron el año pasado.

lunes, 17 de agosto de 2009

Re: tratos íntimos (Alejandra Fenochio)


PINTAR es un gesto extendido que va deviniendo cuadro. Pintar frente a otro, pintar al otro, implica una responsabilidad inmensa y un desafío ineludible, irrealizable y tremendamente exitante. Rogar que el otro sea tan generoso como para esperar que llegue el momento del temblor, en que se arma la comedia musical y la música es deliciosa, la mirada es afilada, la pose es relajada, la temperatura es indiferente y ya me subí a la ola. No va a durar mucho, pero será eterno si lo traspaso. Veo todas estas pinturas de amigos en bolas y les agradezco infinitamente haberme dado el placer de entregarse devotamente a mis pinceles torpes, incorrectos y trabajadores. Aunque manche sus ropas, adormezca sus cuerpos, o aburra sus cerebros con mi ocèano de inseguridades. La suerte quiso que se juntasen todas esas pinturas enormes para ser invitadas por Oscar Smoje al Palais de Glace y participar de una fiesta donde se juntaron ranas, escombros, humo, fierros, flores, juncos, nubes, restos, perlas y paraísos, para entonar la psicodelia de los cuerpos pintados. Encendidos en materia. Acariciados por el pincel indiscreto que los estampará convenciéndolos de que solo es un cuadro y no ellos. Pintar desnudos es casi lo primero que se hace en la escuela de Bellas Artes y en muchos talleres. Hacerlo, siempre fue para mí un camino de conocimiento infinito. La observación del cuerpo desnudo, sus curvas y pieles particulares y privadas. Aún mientras realizo otras obras o temas, cada tanto un desnudo es una buena fortuna. Como ver caer una estrella. Por eso armar esta muestra que lleva develándose más de 20 años me hace sentir una gran energía y allá voy por más retratos íntimos. Los espero en fila y desnuditos. Alejandra Fenochio.
Lunes 17, último día. Palais de Glace

viernes, 14 de agosto de 2009

Los actores en defensa de la cultura

(Destrucción de Budas por los Talibanes)
El actual gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, mediante el retaceo y/o recorte de las partidas presupuestarias destinadas a aquellas actividades artístico-culturales que son de su responsabilidad, intenta minimizar o llevar a la intrascendencia la importancia y alcances del Complejo Teatral de Buenos Aires, integrado por los teatros: San Martín, Alvear ,Sarmiento, Regio y De la Ribera.
Ahora ha llevado las cosas más lejos: Por decreto, ha intentado prohibir todos los contratos de actores, directores, escenográfos, vestuaristas, músicos, etc., que permitirían cumplir con la segunda parte de la programación del citado Complejo, ya anunciada para la temporada 2009, sumándolo a la lista de trabajadores perjudicados, como los del Teatro Colón, La Calle de los Títeres, y los teatristas subsidiados por Proteatro.
Lo hace siguiendo su rutina ideológica que entiende, como en este caso, que la actividad teatral no forma parte del bien común a resguardar; que distrae fondos sustraídos a problema más urgentes y, conclusión inevitable, debería ser adjudicada a privados (la esfera privada) que la optimizaría más allá de lo que el Estado podría hacer.
Es decir: Considera nuestro trabajo como un bien suntuario que un gobierno responsable debe entregar a profesionales de la taquilla. Toda semejanza con las políticas neoliberales de los 90 no es pura coincidencia. (Comunicado de la Asociación Argentina de Actores)

lunes, 10 de agosto de 2009

New York (2003)


De Daniel Dalmaroni, dirigida por Villanueva Cosse. Metidos en la pelopincho completa de agua, el ejemplo más acabado en que haya trabajado donde la acción física es tomada en su totalidad por la actividad. En esa obra el espacio acuático intensificaba la acción. Sobre todo para los actores que sufriamos el frío; hasta que logramos calentar el agua. Un excelente despligue físico puesto por Villanueva Cosse. Dijo Olga Cosentino de nuestro trabajo:
"De la felicidad a la náusea El matrimonio que integran Ernesto (viscosa composición de un soberbio Jorge Suárez) y Marta (tilinga de historieta que María José Gabin dibuja con detalle) distrae el ocio con diálogos triviales, zambullidas en la piscina y una increíble destreza para eludir el drama familiar. Un drama que desde el principio intenta, sin éxito, denunciar, el atormentado Mario (Juan Palomino, en lograda caracterización de un arrepentido a medias), hermano de Ernesto y violador reincidente de su sobrina Dolores (María Figueras), la hija adolescente de los dueños de casa." Clarín. Mayo 2003

jueves, 6 de agosto de 2009

Palabra y Acción (Seminario)


De lo que se trata es de ampliar el campo expresivo. No solo de lo que digo y cómo lo digo; de lo que hago y cómo lo hago. En la actuación que me interesa la emotividad está junto a lo expresivo, va con el cuerpo que la expresa. No se trata de un accionar donde solo me desplazo de aquí a allá. De tomar, soltar o tirar un objeto. Se trata de multiplicar el significado de mi acción, diversificarla, porque una cosa pueden ser muchas cosas.
En el proceso de trabajo se investigará con el cuerpo dividiéndolo y uniéndolo, con la acción, el gesto y la palabra como entidades separadas y también como formas comnicadas entre si, complementarias. Luego se trabajará sobre el texto, sobre la situación y también sobre la composición de esos personajes en ese espacio con esa situación en ese estado.
Por último, para poder tener una dimensión del trabajo realizado se planea la video filmación de las escenas trabajadas y luego la evaluación se hará grupalmente sobre el material proyectado.
Imagen: Con la cabeza bajo el agua. Escrita y dirigida por Norman Briski. El Caliban. 1993.
Inicio: Lunes 7 de septiembre, 19 hs.
Teatro ElKafka: Lambaré 866 Tel: 4862-5439
Cuota: $130
Confirmar vacante en el teatro.

martes, 4 de agosto de 2009

El amor (1995)


La obra de Sergio Bizzio y Daniel Guebel que dirigió Cristina Banegas fue un lujo en todo sentido. Con la actuación memorable de Gabriel Goity, (haciendo el papel de perro) sumada a la de Luis Ziembrosky, Belén Blanco y Antonio Hugo. Mi personaje, Amalia, en desbarranco trágico por no poder darle un hijo a su amado: el perro Gran Danes que es su "mascota". El despliegue físico de esa obra fue mayúsculo. Cuerpos mezclados, subidas y bajadas, tiradas, seducciones. Un cuerpo funcionaba como trampolín del otro, un gesto como disparador del otro. Las secuencias de sexo animal no tenían freno bajo la batuta de Banegas. Los ensayos fueron un despliegue de placeres y gustos de todo tipo. En el final de su vida Amalia se elevaba (arnés mediante) sobre la platea del Club del Vino para terminar en el más allá de donde volvería a buscar a su perro para el final. Un delirio de acción, gesto, movimiento y palabra.

lunes, 3 de agosto de 2009

Homenaje María Fux a Pérez Celis


La danza de singular magnetismo de María Fux iluminó ayer el recuerdo de mi padre. Sus palabras y su cuerpo jugando sobre las proyecciones de las pinturas fueron un deleite para todos. Gracias a la colaboración entre una y otra expresividad -la de la danzante y la del pintor- el recuerdo del que "está, no estando" se transformó en algo vivo. Creo que las casi trescientas personas que asistieron anoche a la Biblioteca Nacional fueron testigos de un momento de los que uno quiere recordar por siempre. María Fux logró transformar en poesía la memoria, alejándose por completo del homenaje que lamenta la pérdida y acercándose al festejo de lo que nos ha dejado.
Orlando Barone incluye hoy en su blog su texto "Se dicen tantas cosas Pérez Celis" que leyó ayer y que también funcionó como una celebración a la amistad y a la vitalidad que mi padre desplegaba.
Luego, cuando finalmente vimos a Celis en "El Gran Libro", el video documental sobre el proceso de creación de la obra que se encuentra hoy en la Facultad de Arquitectura de Buenos Aires, sentí que lo volvíamos a tener entre nosotros, con su fuerza, con su creatividad, con su amor por la pintura.
Agradezco a todos por haber estado, por haberlo querido y por seguir recordándolo.
Una noche inolvidable.

jueves, 30 de julio de 2009

Postales Argentinas (1989)


En POSTALES ARGENTINAS el trabajo fisico fue muy intenso. La diferencia de tamaño con Pompeyo Audivert hacía posible una relación de conflicto corporal muy productiva. Así los recorridos de un cuerpo sobre otro, las paridas como abortos (en términos de acciones físicas) llegando al lanzamiento por sobre un mueblecito, hicieron de la pieza uno de los paradigmas de los ochenta. Texto e imagen, cuerpo y espacio, fueron desarrollados hasta sus últimas consecuencias con la mano directriz de Ricardo Bartis. Un lujo histórico.

miércoles, 29 de julio de 2009

Homenaje a Pérez Celis


Homenaje María Fux a Pérez Celis.
En memoria del artista plástico Pérez Celis, María Fux realizará un homenaje en su nombre: “Diálogo con Pérez Celis que está, no estando”
Se proyectará un corto del artista realizando la obra “El Gran Libro”.
Domingo 2 de agosto de 2009, a las 17 horas en el auditorio Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional, (Agüero 2502).
Entrada libre y gratuita.

lunes, 27 de julio de 2009

Homenaje Pérez Celis



No es fácil escribir algo sobre mi padre en estos días cercanos al primer aniversario de su desaparición física. Después de haber disfrutado la escritura del libro con que quise festejar sus cincuenta años con la pintura, en 2007, pocas cosas me quedaron por decir. Aunque el proyecto de “Pérez Celis: mi padre” comenzó estando él sano y se publicó mientras transitaba la primera etapa de su enfermedad, no hice mención en el libro sobre ésta. Tenía la esperanza de que una vez más se tratara de una piedra que se interponía en su camino y que volvería a saltearla. Sin embargo, el libro terminó siendo su biografía casi completa. Digo esto porque tengo la certeza de que se comenzará a escribir una nueva historia, acerca de lo que ha dejado, de su aporte dentro de la plástica. Ahora todos aquellos que no lo aceptaban porque pensaban que era demasiado popular, o que su forma de ser impedía apreciar su arte, tienen la oportunidad de enfrentarse solo con su obra y descubrir su verdadero valor. Por último quiero compartir con ustedes las palabras que su amigo, Orlando Barone, nos regaló para su responso: “Celebremos respetuosa y honestamente a un artista admirable, que durante décadas impregnó con su obra sanguínea la historia contemporánea de la pintura. Y esa paradoja -que él se haya ido por vaciamiento de sangre- es una prueba metafórica de que esa sangre faltante ha quedado en sus cuadros para nosotros, los sobrevivientes.”
Domingo 2 de Agosto, 17 horas. Biblioteca nacional. "Diálogo con Pérez Celis, que está, no estando" (Actuación de María Fux. Presentación del video "Viaje al interior de la materia")

lunes, 20 de julio de 2009

La peor hora del Teatro Colón


Por Mempo Giardinelli:
Tiemblo de rabia y de impotencia al escribir estas líneas, después de leer las reiteradas denuncias que se hacen acerca de la suerte del Teatro Colón.
Ya su Centenario, el 25 de mayo del año pasado, encontró al enorme, bello y emblemático edificio no sólo cerrado sino desfigurado y sumido, de hecho, en una lenta, imperdonable agonía.
Con decenas de maravillosas temporadas de conciertos y de ópera en su haber, el Colón se ganó la fama que todavía tiene: ser una de las mejores cinco salas líricas del mundo, en opinión de los más importantes directores, coreógrafos, solistas y compañías de todo el planeta. Todo lo cual es bien sabido y debiera ser motivo de orgullo y responsabilidad en su preservación.
Pero no. El maravilloso y ahora triste Teatro Colón está siendo sometido al desguace vil por parte de la patota neomenemista disfrazada de gente de pro que gobierna la capital de la República.
Están liquidando los tesoros artísticos del gran coliseo. Algunas personas íntegras, que además saben del Colón, aseguran que las ratas se están comiendo trajes y pelucas históricas; que hay filtraciones de agua en los sótanos más bajos; que la sala “parece un campo minado” y que se está modificando el carácter y la estética del centenario edificio. Entre las “novedades” figuran la habilitación de tiendas comerciales, una especie de shopping center en los camarines, salas de ensayo eliminadas para crear espacios “vip” y medio millar de técnicos y profesionales en la calle. Con lo que cuesta formar gente capacitada en materia operística, hay que ser muy bruto, realmente, para semejante barbaridad.
El Colón es en sí mismo un acontecimiento cultural mundial y su trayectoria y su incalculable valor –edilicio, mobiliario, histórico– exigirían por lo menos un debate que hasta aquí no se dio. Al contrario, y en el típico estilo autoritario argentino del que viene y cambia todo, uno de nuestros máximos iconos culturales está siendo destruido por evidentes intereses, ignorancia e ineptitudes.
Claro que son muchos los que resisten y luchan. Son muchos los ciudadanos porteños conscientes del daño inferido al Teatro Colón; muchos los que no admiten el robo estético que nos están haciendo desde el gobierno del señor Mauricio Macri. Muchos los que protestan y denuncian las acciones ominosas del hato de ignorantes, favorecedores de amigos y empresarios de la destrucción que adoran a Macri, Michetti, Rodríguez Larreta o cualesquiera otros apellidos, y quienes nada más que por este crimen cultural no merecerían otra cosa que el desprecio absoluto de lo que queda de una sociedad que fue culta y esperaba de sí mejores destinos y más respeto por su propia historia. Pero esto es la Argentina de este tiempo.
Por eso, además, la muerte del Teatro Colón casi no está en los medios y es un ominoso ausente en la televisión argentina.
La destrucción del magnífico coliseo que identificó culturalmente a Buenos Aires y al país todo durante un largo y riquísimo siglo, parece sellada y poco importante.
Pero perder el Colón, y sobre todo perder su esencia, su historia y su edificio, es ni más ni menos que una tragedia cultural. De la que tampoco habla casi ningún candidato, y así nos va.
Página 12. 24 de junio de 2009

Día inventado pero día al fin


Aunque sepamos que esta inventado, que ni siquiera tiene que ver, de verdad con nosotros, es difícil escapar al saludo. Ojala un día así sirviera para algo. Para que los que piden diálogo dialoguen, para que los que mienten tanto, mientan menos, para que los que esconden, declaren la verdad. Como sea, pasemos un buen día. Al menos hoy que hay sol.
Feliz día.

viernes, 17 de julio de 2009

martes, 14 de julio de 2009

El final


El final de un libro está anunciado por la cantidad de páginas que restan leer. A medida que lo que queda disminuye de tamaño uno tiene la certeza de que la aventura va acabando. Es cierto que no sabe cómo el autor va a resolver la última parte de la trama, pero el lector sí sabe que se aproxima el momento en que la historia concluye. Esto es inexorable. El conocimiento y el final. Esto hace que la ansiedad por llegar hasta el último punto, (ya sea que queramos retrasarlo o apurarlo) esté presente en esas últimas páginas como una gota a punto de caer.
En una obra de teatro o en una película podemos tener una idea aproximada, por el orden y tensión de los acontecimientos, de cuándo, -dramáticamente hablando-, es el momento del fin, aunque no tengamos con qué cotejarlo. Aunque no haya páginas para medirlo. Sin embargo, puede ocurrir que estemos esperando el final, viendo la escena que creemos la última y que esto no suceda. Nos enfrentamos así al terrible momento en que nos damos cuenta de que todavía quedaba algo que el autor o el director estaban reservándose para decirnos. Creemos que la historia va a cerrar, que la intriga se va a resolver, que ya se dijo todo, que el climax fue suficiente, y nos encontramos con que esto no pasa. Como si el autor o el director no hubieran podido prescindir de nada y uno siente, en la butaca, que el final se hace desear, que no llega nunca, que pesa como un yunque inexplicable. Tal vez aquellos no escucharon la máxima que dice que, en general, más es menos. Lo cual es muy común en el teatro (aunque no solo en él.) Pero la dificultad que se nos presenta es diferente. Un libro podemos dejarlo y retomarlo en cualquier momento. O no hacerlo nunca. No hay nadie detrás de la hoja no leída. Levantarse de la butaca poco antes de finalizar una obra ya es más difícil. Deberemos soportar lo que quede con estoicismo si no queremos tener la mirada de los actores en la nuca por el resto de nuestras vidas. En el cine, si llegamos hasta ese punto, probablemente nos quedemos. La realidad es que, en el teatro, la certeza del momento final no se tiene con total seguridad nunca, hasta que sucede.
En la vida la cosa es más o menos parecida. El final puede llegar de muchas maneras: súbitas, alargadas y todo el abanico que cubre la longitud de tiempo entre estas. En las primeras tenemos el paro cardiorrespiratorio sin aviso, el aneurisma que provoca la muerte casi de manera instantánea, ciertas formas de veneno o drogas, o accidentes fatales. En estos casos podemos estar preparados o no, verla acechando como paranoicos en cualquier esquina, o encontrarnos con ella cuando estamos desprevenidos. Como sea el momento llega sin aviso. Una muerte cerebral puede ser instantánea si se trata de un accidente cerebro vascular en que la conciencia se pierde en un instante. De pronto el cerebro se apagó, como si se hubiera desconectado una llave. No queda un espacio de tiempo entre el momento de la muerte cerebral y nuestra comprensión del hecho.
A la inversa puede ser si lo que muere primero es el corazón. En ese caso me pregunto si queda un instante de lucidez entre el momento en que el corazón se detiene y el que el cerebro recibe la información. Mientras el oxígeno y la sangre sigan circulando, por efecto de la inercia, podría haber unos instantes en que tomamos conciencia de nuestra propia muerte. (Si nos dejan y no nos drogan, claro está.) Por eso es posible que la muerte cerebral inconciente, como en el caso de intoxicación por sobredosis o alcohol, sea más “dulce” en el sentido de que no somos concientes de la propia muerte. El fin llega sin el terror del final.

lunes, 6 de julio de 2009

Seminario: Palabra y acción


Exploración sobre la potencia expresiva del actor en el cruce palabra /acción, dentro de la dimensión tiempo/espacio. La premisa es qué hago cuando digo lo que digo. Cómo lo hago, luego de saber porqué lo hago. De qué manera multiplico el texto más allá de la palabra y cómo represento lo no dicho en la interacción cuerpo/espacio. ¿Cuántas son las posibilidades de acción de un mismo texto? ¿Cómo pongo mi creatividad en juego para ampliar el campo expresivo? ¿Cuáles son los elementos que entrego al director como singularidades de mi propio mundo imaginario? ¿Cómo lanzo mi cuerpo al vacío para multiplicar los significados de la acción? ¿Qué puedo aportar desde mi lugar de actor/intérprete/creativo a lo dicho por el autor?
Septiembre a noviembre. Lunes 21,30 hs. Nivel: Intermedio. Teatro ElKafka: Lambaré 866

sábado, 4 de julio de 2009

Excelente modelo


Modelo ideal para micro emprendimiento. Trajes a medida. Nada mejor que una línea abierta y distendida. Quien tenga el capital para producirlo se hará este año millonario.

lunes, 22 de junio de 2009

Palabra y accion. Seminario


Trabajo sobre las posibilidades expresivas del cuerpo con la palabra y la acción, dentro de la dimensión tiempo/espacio. Tres meses de trabajo intensivo.

miércoles, 17 de junio de 2009

Distancia

En el teatro, “la distancia”, es una variable de la técnica fundamental para establecer relaciones. Cada actor desplaza una energía desde cada parte de su cuerpo. Si es conciente de esa energía puede manejarla y dirigirla. Puede hacer que llegue lo más lejos posible o se detenga en algo en particular. El manejo de la energía proyectada y desplazada desde ese actor hacia cualquier dirección es casi tan importante como decir el texto. Con ella puede abrir el espacio, proyectarse más allá de su cuerpo, modificar el entorno, cambiar de tamaño. La mirada corporal, ubicada en el centro del plexo solar, es una de las herramientas. Es otra manera de ocupar el espacio: con el actor fijo en un punto, sin necesidad de recorrerlo, se apropia de él. Así también puede traspasar los límites impuestos por la misma geografía del espacio, porque su energía viaja más allá de su cuerpo físico. Establecer una distancia con otros multiplica los significados de la acción y genera en el mismo actor una cantidad enorme de estímulos.

sábado, 6 de junio de 2009

La mirada poética



“Yo no busco, encuentro”. Esta cita de Picasso siempre me llevó a pensar en cómo ponerla en duda. Me imagino en ese momento, sumergida en el papel, cambiando las palabras, tratando de desentrañar si lo que siento, o creo, o imagino se dice mejor así o de otra manera y me resulta difícil saber si estoy buscando o encontrando. Encuentro, sí, por que el momento me agarra con la cabeza metida en el fango y de pronto aparece eso que no sabía que buscaba. Pero no me agarra con la mirada absorta en el vacío, “buscando” en la nada una respuesta que me satisfaga. También busco, porque es la selección exacta del término, de la imagen, del clima lo que transporta mi mirada. Es como un buceador, que en la profundidad del mar se encuentra con el cardumen, con la estrella que cayó o con esa ostra que no se quiere abrir. Se le aparece, como a mí se me representa frente a la vista el hallazgo. La imagen se impone. Y él, al apropiarse, la transforma en otra cosa, porque la ve de otra manera. Pienso que la mirada poética está adentro, no afuera, por eso se encuentra. Porque se encuentra dentro de uno. No se puede ver lo que no se mira. No se puede mirar lo que no se ve. Esto no quiere decir que no se pueda entrenar. Como los músculos, como el corazón, como la memoria. Mientras más contacto hay con la mirada poética de los otros, más puedo acercarme a mirar con otros ojos lo que siempre miro con ninguno. Y maestros hay por todos lados. La lectura, en primer lugar, los poetas, pero también los niños, algunos viejos, el carnicero, el hombre común. A veces mi tía Pichi. Nunca se de dónde va a llegar, me doy cuenta cuando ya está ahí. Los disparadores pueden ser una reproducción de un cuadro, o su recuerdo, una cita en un libro que condensa un sentimiento o un saber que ya estaban en mi; un desafío. En general, el juego. Me gusta pensarme como una arquitecta de palabras. Colocando una sobre otra, o en relación, o contiguas o en lugar de. Sacando y poniendo lo que sobra, lo que falta. Construir o deconstruir para alcanzar una forma ideal, dentro de mis límites. Algo que cuando lo lea me haga reír, sonreír, moquear, o excitar. Que me afecte. En ese momento se que está ahí, que lo logré. Muy difícil decir cómo, desde donde o con qué. De lo único que estoy segura es que lo conseguí. Lo veo. Aparece frente a mis ojos como algo concreto y real. Contundente. Las cosas me hablan, las personas me cuentan, las mujeres me susurran, el gato me muestra. Lo único que necesito son unos buenos ojos –aunque ahora lleven anteojos-, unos buenos oídos –que escuchen dentro mío también-, gran olfato –siempre muy desarrollado- y ganas de tener entre las manos lo áspero y lo suave, lo dulce y lo salado. En síntesis, sentidos que me conecten con el afuera desde adentro. Y una gran necesidad de transformar en algo placentero el camino de cada día. Durante mi infancia estaba tomada por el cuerpo, la poética me pasaba por el movimiento, así que todavía estaba dentro de mí. Me gustaba mucho escribir redacciones para la escuela y ese podría ser el antecedente más lejano de mi relación con la escritura. Durante una larga convalecencia entre los once y los trece años, me dediqué a leer profusamente y hasta llevé un diario en donde casi no hay nada más interesante que la descripción de lo que me pasaba dentro de los límites de la cama. Luego escribí teorías sobre la historia del hombre, canciones, cuentos, argumentos para obras coreográficas, adaptaciones de cuentos para cortometrajes y síntesis argumentales. Desde hace ocho años escribo con más regularidad y desde hace cuatro todos los días. Es el lugar donde encuentro más posibilidades de desarrollo para mi creatividad. Pienso en el proceso de escritura pero más pienso en las imágenes y en las palabras organizadas. El mayor obstáculo tiene que ver con creerse el personaje del escritor. Miro a mi alrededor y veo a los grandes maestros y pienso que nunca podría ni siquiera pensarme como una discípula de ellos. Por eso luego miro para el otro lado y veo muchos otros que a fuerza de creer en lo que hacen, lo multiplican sin pudor. Y ahí me encuentro, empujándome a mí misma con esas dos fuerzas.

viernes, 8 de mayo de 2009

Zulma Lobato o La vedette bizarra



La presentación de Zulma Lobato, la nueva vedette bizarra aparecida en Canal 26, nos dice dos cosas. En primer lugar confirma a la conductora Anabella Ascar como una nueva luminaria dentro de los animales del medio. Respetuosa pero no por eso chupa medias, incisiva pero no agresiva, sacándole el jugo a un personaje digno del mejor Parakultural. Por otro lado la travesti vedette da cuenta del nivel que ha alcanzado el medio masivo por excelencia promoviendo la carrera de un espécimen pocas veces visto. Me imagino una revista tipo película Freak encabezada por Zulma Lobato con Reinaldo, viudo de Adelfa como figura masculina, en los roles principales. Ahora, para hacer honor a la idea general de Freaks pondría como cómico a Chiche, como media vedette a Gabriela Michetti y como cuerpo de baile a La Tota Santillán, todo él para todo.

sábado, 2 de mayo de 2009

La guerra del cerdo


No me extraña para nada leer acerca de que el nuevo virus haya sido disparado desde la misma tierra desde donde surgió en primer lugar (USA). Sumado al hecho de que ya me parecía raro que no hubieran dicho desde esa misma tierra que alguien los había atacado. La guerra bacteriológica esta aquí y ya sabemos a quien beneficia. A los laboratorios que producen vacunas y antigripales ( que raro USA de nuevo) y a quien necesita desviar la atención de investigaciones sobre torturas en Guantánamo (oh! de nuevo). Desarrollo de mosquitos asesinos, virus molestos, devastación de poblaciones pobres o desprotegidas, desvío del interés. Los agoreros del Apocalipsis para bienes: un papa negro, las siete plagas, el crack económico, hambre y enfermedad. Todo junto para un tercer milenio bien espantoso donde necesitaremos si o si que alguien nos salve. ¡Que pasticho! Un sainete trágico para tenernos bien asustados, bien controlados, aislados y desarticulados. Se necesita mucha fortaleza para ir contra la corriente. Lavarse las manos, si, por supuesto; dejarnos aterrorizar: para nada.

domingo, 26 de abril de 2009

¡Merde! (Fragmento de la novela )


Juana

Sentada en el inodoro, con todos los medios afuera, Juana se sacó la sandalia plateada. No soportaba la uña del dedo chico apiñada contra el costado, clavándose contra el anular, el del pie, pero anular al fin. Las tiras de la sandalia de diseño, demasiado ajustadas para el diseño de su pie, ocultaban a medias los dedos apiñados. Pero al cabo de varias horas de estar parada sobre los tacos de quince centímetros, la tortura le había ido marcando los surcos maxo faciales. Mientras masajeaba los dedos, Juana trató de evitar que la uña de la mano se interpusiera en el masaje; con los dedos largos y fuertes frotó y frotó para que el dolor pasara. Pero no era tan fácil: el tiempo parada había excedido el límite de su resistencia y tendría que hacer un esfuerzo extra de control mental para que el maldito dolor no le invadiera el estreno.

Fue entonces cuando el sobre plateado bordado en canutillo y roca empezó a vibrar; justo en medio de la micción, en medio del masaje. Era Ita que le ordenaba se apurara. Dejó todo de inmediato, la micción y el masaje, y volvió a calzarse la sandalia. En el trámite de levantarse la pollera larga sin perder la capa interna de tul de algodón, y la carterita que no quería dejar en el piso,- con el diminuto celular que se le escurría entre los dedos y las uñas, las de las manos, enganchadas en los bordes de las teclas-, lo que goteaba, se desvió unos centímetros y fue a parar al borde de la biquini de encaje rojo que acababa de estrenar. Contra la envidia. Práctica habitual. Envidia de los compañeros de taller, de los viejos actores sin trabajo, de los antiguos militantes del sindicato, que actuaban de resignados pero no podían ocultar el tufillo a resentido que exudaban sus camisas demodé; amuleto contra los chimenteros, que esperaban en el hall que alguien dijera algo sobre su pasado y le arruinaran la fiesta; amuleto contra sus propias desgracias.

Mojada, salpicada, la cábala se arruinó por ese instante en que el telefonito insistía en interrumpir su momento privado. Parecía que el talismán se quizo volver contra ella. Ahora estaba mojado de orina; Juana detuvo los miles de movimientos para ordenarse y miró de frente la puerta del diminuto baño. Una enorme verga la esperaba; gotas salían y caían en unos labios muy rolingas justo a la altura de sus ojos. Hizo fuerza para mantener el traste en equilibrio, en el aire, para no apoyarse en el inodoro. En este caso olía bien, pero ella nunca se sentaba, por principio. Por miedo también a las enfermedades, a las infecciones, a las pestes de cualquier color.

El teléfono volvió a vibrar. “Aparecé ya.”, insistía Ita en su mensaje de texto. Simón la esperaba en el hall hablando con el productor ejecutivo y con unos periodistas. Juana suplicaba que el talismán siguiera sirviendo ahora que estaba mojado. Se apuró. Buscó papel. Lo apoyó sobre el encaje, presionó, esperó, volvió a presionar, miró, soltó el aire. Tiró el papel. Molesta, se subió la biquini como pudo, pero empezó a sentir una corredera húmeda que le recorría la pierna y hundió el estómago en un intento por evitar la repulsión que se había amplificado muchísimo en su subjetividad. Otro pedazo de papel, buscó, secó, puteó, tiró. Decidió lavarla. Con la carterita sostenida por los dientes, se sacó la biquini, dejó caer la larga pollera de seda que acarició sus piernas y salió del cubil como huyendo de un campo de batalla.

Escapó hacia el agua que todo limpia y purifica y se zambulló para exorcizar el orín que parecía no querer ser limpiado. Fregó y fregó, con jabón, hizo espuma, mojó y pasó una mano sobre la otra en un fideo fino interminable, en una cobra que se sigue la cola, una mano detrás de otra. Frotó la bombacha como si quisiera que todo fuera jabón. Hasta que las manos se volvieron tan rojas como el encaje. El celular vibró pero, esta vez, sonó.

-Mi amor, el proyectorista no espera. ¿Qué pasa?

-Ahora voy, tuve un problema. Un segundo nada más.

Se vio como si estuviera ella misma en una película de acción, lavándose las manos en una escena de huída con música frenética y paró. Se miró a los ojos hasta descubrir el centro del iris dilatado. Sacudió el agua de las manos, escurrió la bombacha y encendió el secador de manos. La cara le brillaba y pequeñas gotas de sudor le marcaban el bozo. El calor del aparato la estaba matando, decidió ponérsela así nomás. Se subía la bombacha húmeda cuando entró una señora de sombrero y cuello negro grafito. Se quedó mirándola como si fuera una inspectora de acciones físicas y luego entró a uno de los cubículos mascullando. Juana bufó, agarró la carterita de canutillos y roca, se pasó el cisne por la cara para apagar las gotas que brillaban como faroles de mil y salió al hall. Simón le clavó la vista con la sonrisa abierta pero la enorme mano que le tendía, la apuntaba.

viernes, 24 de abril de 2009

El problema no es moral


Se discute si es una cuestión pública o si es privada. Si se debe responsabilizar a Lugo por haber sido Obispo o por ser presidente. Si es algo muy común en Paraguay y, cada pueblo su idiosincrasia, debemos respetarlo. Pero me parece que se apunta mal. No es un problema moral. Si Lugo tuvo una o mil mujeres, si es común que en Paraguay los hombres, en minoría cuando la guerra de la Triple Alianza, tengan muchas mujeres para procrear, no es lo importante. El problema es si se hizo en su momento cargo de esos hijos, de darles un apellido, de mantener su alimentación, de asegurarles educción. En fin, si se hizo responsable por el fruto de sus actos. No debe importarnos creo yo su moral privada entre adultos. Como no me importó que Clinton tuviera relaciones con una adulta y un habano en el salón oval. El problema es la perpetuación de un menosprecio a la mujer, un descuido de unos hijos que están ahí, que no son ideas ni imaginaciones. La cuestión fundamental pasa por si seguimos permitiendo que haya sociedades que usen a la mujer como colchón caliente, como en la época colonial, y siembren hijos para dejarlos como objetos por ahí diseminados. Pero si el ojo se pone solo en lo sexual, la iglesia, o los hijos naturales, nos ocupamos de una cuestión de moral retrógrada que, me parece, no tiene nada que ver con el fondo de la cuestión.

miércoles, 22 de abril de 2009

Creatividad y riesgo


Unos hablan de tirarse a la pileta, otros de soltarse, aquellos de improvisar. Se trata siempre de lanzarse al vacío. No podemos tener la certeza del acierto pero solo en el riesgo está la riqueza de lo que encontremos en el camino. El lugar de la comodidad es el peor, aunque es bastante difícil salirse del rol pre establecido, aquel que nos impusimos por protección, o el que nos calzaron por convención. Sin embargo encontrar otros lugares de uno mismo debería ser el objetivo primordial de nuestros maestros y de nosotros. Estamos solos. Depende todo de nosotros. Nadie nos va a dar la clave. Pero si abrimos el oído y los ojos tal vez podamos ver algo nuevo. Siempre dentro nuestro. El otro solo es un pescador que puede señalar el hallazgo Bienvenidos al encuentro.

sábado, 11 de abril de 2009

Noy hay hechos, sino interpretaciones


Tengo que tener presente esta frase de Nietzsche muchas de las veces que voy al teatro. Cuando algo muy recomendado me deja fuera o me parece justo lo contrario de lo que a la mayoría de la gente, me pregunto si seré yo la equivocada. Obras que me resultan aburridas por inconsistentes, o vacías por lo panfletarias, o zonzas en su crítica a la zoncés. Me produce sensación de aislamiento estar presente en un teatro donde la gente aplaude a rabiar lo que me resulta obvio y miro azorada sus carcajadas sobre lo que creo poco gracioso. O cuando SIEMPRE un actor que es bueno es bien criticado por la inercia de su historia. Es cierto que hay mucha complacencia y poca mirada crítica especialmente hacia ciertos especímenes del teatro. También lo es que no es fácil hacer una buena obra, mucho menos un éxito y que la inversión y el trabajo de muchos debería bastar para apoyar las iniciativas culturales. ¡Pero cómo se me hace de díficil ir con la corriente muchas veces! Entonces es donde me digo a mi misma: "Veo otra cosa, aunque quede mal decirlo, aunque nadie lo pueda escuchar. Es mi visión y contra eso no puedo ir" Lo único que me queda es mirar dos veces y preguntarme sin simpleza cómo lo hacen.