sábado, 17 de octubre de 2009

Piaf es argentina


Elena Roger cumple con la idea de actor "transido" de la que hablaba Artaud. El espíritu de La Môme Piaf parece que encarnara en su cuerpo y en su voz. Su trabajo interpretativo es para cualquier observador teatral, excelente, especialmente tratándose de una comedia musical. No es fácil tomar en las manos una vida trágica de semejante espesor, y lograr emocionar con una voz que está, no solo a la altura, sino que tiene su propia potencia. Y acompañar esa voz (tan presentes para muchos de nosotros en la versión original) con un trabajo de interpretación tan complejo e intenso. Este es un espectáculo también sutil en su estructura, que nos acerca a la gloria de ver un imposible. No es la destreza lo que la destaca. Es el arte con que Elena Roger interpreta un personaje tan difícil y se entrega al espectador de manera que nos hace creer que hay un Dios. Una Diosa, en este caso. Para disfrutar hasta las lágrimas.