lunes, 7 de diciembre de 2009

Batato Barea. 18º Aniversario (6 de diciembre)



Iba caminando el niño de cabellos dorados
Por el largo camino del bosque,
Cuando apareció él
Con sotana de sexo indefinido y lo llamó:
¿Sabés quién soy?, dijo el sacerdote.
No ¿Quién eres?, dijo entre sus pechos turgentes
El muchacho bermellón.
“Soy tu padre, el padre del amor y del buen pensar,
soy Lombardero, quien viene a salvarte de tus males terrenos”.
“No padre, déjeme hacer, mire, ellos me quieren”
Contesta el muchacho cubriendo su sexo del agua bendita que el cura salpica.
“Ven hijo mío, dame tu otra mejilla, quiero tocarla,
quiero acariciarla, ¡me gustaría masturbarla!”
“Mire que soy peligroso padre, quien me toque ya nunca dejará de enamorarse”
“Entonces, si no eres para mí, tendrás que desaparecer”
Grita enfurecido el cura maníaco y levanta la cruz con ojos pervertidos.
“No hay lugar para tí entre las almas estériles,
no hay lugar para tí entre los sexos vacíos,
vete y no dejes rastros de tu poesía blasfema,
vete y no dejes recuerdos sobre la tierra sagrada.
No sos mi hijo, no soy tu padre, no entrarás en mi cielo”.
“Okey padre, me voy
pero me quedaré,
en esas almas impías que escuchan mi voz,
en esas miradas amigas que recuerden mi sol,
en esos raros artistas que me verán por siempre,
en cada anillo de botón,
en cada batón dorado,
en cada payasito de tela de sexo indefinido y mirada inmortal”

1 comentario:

Chiara Boston dijo...

Precioso, Majo!!!
Besitos sin Casa de Letras